Érase una vez un pelícano que no sabía volar. Estaba bastante triste porque no sabía nadar, así que estaba comiendo pescado y, entonces, salió de la charca y estaba otra vez triste. Así que nadó un poco de rato pero estaba muy triste. Cuando estaba andando muy triste bebió agua y se quitó las lágrimas. Nadó mucho mucho rato y salió de la charca. Entonces otra vez bebió agua y otra vez lloró. Nadó en el charco e intentó volar y voló. Colorín colorado este cuento se ha acabado.
Jairo
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